miércoles, 28 de septiembre de 2011

Senna

Aviso que este post contiene pequeñísimos, ínfimos spoilers sobre la película-documental Senna. Me quedo más tranquila si lo advierto.






Me parece mentira ser tan despistada. Supongo que fue una de esas cosas que dejas para el día siguiente y simplemente se va de tu cabeza, pero es que aún no he comentado en profundidad esa maravilla de documental que es Senna.

Vi la película acompañada por unos seres queridos que me (valga la redundancia) acompañan casi siempre en esto de la F1. Habíamos dejado la reunión para el día 1 de mayo, tan señalada fecha, y por suerte no hubo nada que nos lo impidiera (ya se sabe lo rápido que se suelen fastidiar los planes por anticipado... nada menos que mes y medio por antipicado).

Fue magia desde el primer fotograma Todo era de verdad. Las narraciones, las imágenes. No es una recreación del momento, es el momento. No hay voces en off narrando, recordando, sino voces en off tal y como sonaron en los años que recorre la película. Aquella carrera de Brasil, aquella tremenda hazaña de Ayrton y los escalofríos que te recorren al ver esas imágenes en que no puede ni levantar los brazos.

En el momento en que iba a ocurrir el accidente de Donnelly, tuve que abandonar el salón un momento, y desde esa otra parte de la casa escuché el grito ahogado y el sollozo. Una de mis acompañantes había visto el escalofriante accidente del inglés con cualquiera de, aunque suene terriblemente edulcorado "nuestros niños" (nunca intentéis descifrar el lenguaje formulero entre dos fans,cambia de uno a otro). Mi reacción fue quitarle importancia porque hoy día no es como en esa época, pero por dentro se me había encogido el estómago. Ese miedo siempre está ahí. Cuando vuelva a ver la película, seguramente desvíe la mirada en esa escena.

Esa reunión de la FIA en que se oye una voz nasal y pastosa, que se mete donde no la han invitado, y todos dijimos casi al mismo tiempo "Tenía que ser Piquet"; el único momento en que cambiamos el ensimismamiento por la carcajada.

Nada es tan perfecto, y se acusa al director de dejar a Prost como un villano y a Senna como un héroe. Los que conocemos la historia, aunque sea años más tarde, no lo vemos así. Al menos, yo no. Yo no vi un villano ni un héroe, ni por un lado ni por el otro. Yo solo vi dos pilotos con alma de ganador. Un veterano y un aprendiz que quería ser mejor que él. Una historia verdadera de superación, como se han dado siempre en la F1. Puntos de vista que una vez más dependen de "de qué lado estés", más -istas que añadir a esta complicada pasión. Nada menos que la realidad, más o menos manipulada por un montaje cinematográfico, pero la realidad al fin y al cabo. Ayer comenté con un amigo que a la gente se la quiere más pese a lo que es que por lo que es en sí. Por eso, cuando sale en una conversación ese afán por desmitificar a Senna, yo meneo la cabeza con una sonrisa triste. Qué más da. Una cosa nunca quita la otra.

Era todo un espectáculo ver a Ayrton antes de una carrera. Lo que ocultaban aquellos ojos oscuros. Su mirada tenía algo. Algo extraño, que quieres desentrañar pero al mismo tiempo prefieres no conocer. Porque es casi como magia.

Cuando en la pantalla apareció el 1 de mayo de 994, el silencio se podía cortar con un cuchillo. No queríamos verlo. Sabíamos qué pasaba, sabíamos cómo pasaba, pero no queríamos verlo. No queríamos que tuviera que ocurrir. Al final de la película, todos estábamos abrazados llorando. Se nos había perdido el paquete de kleenex tras el accidente de Donnelly; al día siguiente apareció bajo el sofá-cama. Una de esas tonterías que nos entran, esa manía mitificadora que nos da con los objetos y los momentos en que los usamos, me impidió volver a utilizar los kleenex que contenía.

El nombre de Prost aparece justo antes de los créditos finales. Había continuado con la asociación benéfica de Ayrton tras su muerte. Fue el momento en que más lloré.

¿Qué más da si alguno había pensado que era "el villano"? ¿Qué importaba?

martes, 27 de septiembre de 2011

Un luchador




El otro día con intención de bromear una compañera formulera me dijo en Twitter que "Massista", sinctáctiamente hablando, era similar a "masoquista". Hoy he empezado a creer que era verdad, cuando, ordenando mi material relacionado con la F1, vi el archivo de video que contenía la Qualifying de Hungría 2009. Y lo abrí.

A veces, cuando todo se pone en contra, necesito recordar las cosas verdaderamente importantes. Necesito recordar que, pase lo que pase, la razón por la que le apoyo no es que le vea capaz de superar a los Red Bull o a su compañero de equipo 10 veces de cada 10. La razón es que es un luchador que sigue ahí, intentándolo, aun cuando todo está en su contra.

A finales de 2010, creí que en 2011 todo cambiaría, y ha resultado ser peor. Hay adelantamientos, hay más ritmo. Pero nadie lo ve, ni siquiera yo consigo darle la importancia que merece, porque no ha habido victorias. Y lo que es más, no ha habido ni podios. Irónicamente corre mejor que el año pasado, pero, ¿cómo verlo, si en este deporte sólo importan los resultados?

En 2008, antes de que él mismo se ocupara de desmentirlo, se popularizó el "Felipe no es un piloto Ferrari". Ahora, los más exagerados dicen que, por no ser, no es ni un piloto de F1.

Pero sí que es un piloto de F1, y no lo digo sólo porque tenga un contrato o conduzca un coche de dicha competición. Lo digo porque tras ese aspecto poco impresionante se esconde un genio tremendo, el genio que le hizo asaltar a Hamilton delante de las cámaras después de que este se negara a hablar diplomáticamente del problema que habían tenido. El mismo genio que cuatro años antes en Nurburgring había mandado a Fernando a donde seguro que nadie le había mandado jamás. Pura sangre caliente... y muy tocapelotas (con perdón) si lo ve oportuno.

Y también se esconde una enorme valentía. Porque se necesita valentía para correr a 300 kilómetros por hora, para lidiar con críticas que a veces son agresiones, para ignorar los diez candidatos al año que ponen en tu asiento, para no tener en cuenta que la gente te ve acabado; pero se necesita mucha más para volver a correr después de haber vivido un accidente como el de Hungría. Después de haber perdido dos días de tu vida, de desaparecer en el olvido un sábado y volver un martes, preguntándote qué haces en una cama y por qué no estás dentro del coche, que es donde te gusta estar. Donde quieres estar. Te sientes bien, aunque no sea verdad. Tu cuerpo no te puede limitar. No puede. ¿Verdad? ¿Y si te limita, qué haces? Ignorarlo, por supuesto. Estoy bien. Nunca he estado mejor. Y aun cuando no sepa por qué mi pie me impide acelerar, insistiré en que estoy bien.

Aunque siempre me ha fascinado el cuerpo humano, nunca he estudiado medicina, y no conozco muy bien qué proceso lleva una herida de esas características. Pero creo que muy pocas personas ignorarían el posible dolor, la situación de incertidumbre, y de miedo, e insistirían en que están bien. Que quieren volver a lo suyo de inmediato, que discuten con su familia por correr lo antes posible, aún cuando el espejo les devuelve una enorme cicatriz. Sólo alguien con las características de un piloto de F1 podría hacer algo así.

Se dice que, cuando despertó, Felipe preguntó quién había ganado la carrera. También se dice que, inmerso en su cabezonería, se quitaba la mascarilla de oxígeno, pero que la persona que estaba con él volvía a ponérsela. Y que Felipe le dijo que era una pesada. Era su hermano o su mujer. La versión varía. Hasta es muy probable que sea un invento. Lo que no es un invento es lo que dijo Barrichello cuando se le preguntó en el circuito. Recordemos que esto fue después de recibir un impacto que le había roto la visera y parte de su propio cráneo, para después estrellarse contra las barreras en la parte más rápida del circuito, con los pedales de freno y aceleración pisados al mismo tiempo.

"Hemos hablado, está consciente, y muy nervioso, lo único que quiere es levantarse."

Un luchador.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Bravo/Good job, man







Felipe lamentando la actitud de Hamilton...



... y dejando ver su carácter, que parece que no, pero... XDD


Unas fuentes dicen que Felipe dijo Bravo, otras, que Good job, man... Sea como sea, no puede haber mejor título para este post, y de hecho ambos me valen.

Primero, el Bravo/Good job, man va por Vettel. Porque al César lo que es del César. y este año, sea el coche o sea él (ambas cosas, porque lo de Toro Rosso no me lo invento), se ha ganado a pulso el título. Tal ha sido su dominio, que le basta sólo un punto como mínimo para ganar el mundial en Japón, dentro de catorce días. Todos lo damos por hecho. Y que gane las que quedan, también. Insultante, sí. Pero genial, también.


Una imagen que lo dice todo.



A ver, chicos, decid: "¡Campeonato 2011 y un acoplado!"



El siguiente Bravo/Good job, man va por Button. Porque si llega a durar la carrera dos vueltas más hubiera puesto en apuros a Vettel. Hay quien dice que no es tan buen piloto como aparenta, pero yo no puedo sino soltar una risa y exclamar "¡Qué coño!"... porque este año no ha hecho sino demostrar que lo es.

Debo dedicarle otro a Webber y a Fernando. Al primero por tener por fin una buena carrera pese a sus malas salidas, y al segundo por sacar petróleo de un coche que no ha tirado durante todo el fin de semana. No voy a entrar en el tema de los doblados y en la batalla dialéctica que no fue ni batalla ni dialéctica con Jaime. Ya no basta con pelearlo con su compañero de equipo o con media parrilla: ahora también con un compatriota, al que se supone deberíamos apoyar también. La guerra en casa. En fin.

El último va, sarcásticamente, por Hamilton. Ayer, el brasileño pequeñajo, ese que todo el mundo quiere ver fuera de Ferrari porque la empatía, paciencia o lo que sea se les ha agotado, se acercó a él en el corralillo de prensa, y dándole unos golpecitos en el brazo le dijo Bravo/Good job, man, depende de la fuente, aunque clarísimamente dice lo segundo. Los medios, siempre tan fieles a la verdad, dijeron que le había empujado y gritado Fuck you, que había sido violento, que había sido toda una agresión. ¡Bravo! (dicho con sarcasmo, que tengo que aclararlo, por si acaso). La realidad fueron dos toquecitos en el brazo y un comentario con ironía tan del Felipe de Nurburgring 2007, tan de sangre latina: un toque, una mirada, un comentario sarcástico y vuelvo a lo mío. Y esta vez sin mandar a nadie a hablar con el señor Roca. Dejo claro que no justifico algo así, que esas cosas se arreglan en privado (aunque una fuente dice que lo intentó y Hamilton se encerró negándose a verle), pero menos aún justifico el "No me toques, tío" posterior de Hamilton. Luego el prepotente es el brasileño. En fin.

¡Qué pronto nos olvidamos de que son humanos! Que levante la mano el que tenga una presión enorme encima, el que carrera sí carrera también tenga que aguantar críticas y candidatos a ocupar su puesto, el que cuando ve que el coche tira ve su carrera fastidiada por cosas que no puede controlar... el que tanto sábado como domingo se ve perjudicado por la tontería de una misma persona. Que levante la mano el que tras dos (con perdón) putadas seguidas no explote con al menos un manotazo de advertencia y un comentario sarcástico. Al que haya levantado la mano, bravo por él, que sepa que le envidio por lucir semejante autocontrol.

Y aunque insisto en que no justifico esos comportamientos, confieso que me arrancó una carcajada. Porque cuando te tocan las pelotas, te las tocan. Mucho había aguantado ya, qué coño. Y más si no es culpa suya. No le justificaría en absoluto si la hubiera armado él y luego se quejase, pero cuando te arruinan una carrera, es mejor dar un golpe en la mesa que quedarse callado y parecer débil. En parte me gusta: el carácter no lo ha perdido. Ahora le falta encontrarlo en la pista. Al tiempo.

El otro día leí que lo de muchos con Felipe ya no es opinión, sino agresión. Siento si exagero, pero hay un punto de verdad, y no me refiero a las críticas constructivas, sino a las burradas grandes como mansiones de cinco pisos que puedo llegar a leer. Me refiero a esa gente que cuando hace un buen resultado callan como perros y cuando Fernando le saca un segundo salen de la cueva para llamarle paquete y soltar gracietas del estilo "hasta mi abuela en patinete es más rápida que el paquete este". ¿Que su rendimiento no ha sido bueno? No, no lo ha sido. Pero el coche tampoco. Y si empezamos por el cuento "Pero mira Fernando"... Lo siento pero no me vale, porque comparar a un piloto que necesita un coche perfecto como el de 2008 con uno que te puntúa con una cafetera en ese mismo año, es injusto. Así, CUALQUIER piloto que le pongan de compañero sale perdiendo. Como dice mi primo, por esa regla de tres, el mejor compañero para Alonso es Alonso. Si nos vamos a poner así...

"Interesa" decir que a Felipe le va mal. Corre en un Ferrari, se espera maravillas de un piloto que corre en un Ferrari, y si no te hace podiso ya es un paquete. Eso lo entiendo, es lo que hay. Como les pasa a equipos de fútbol que llevan toda la vida arrasando y tienen un mal año: ¡qué malos son de repente! Pero este año no es el mejor año para juzgar lo de Felipe, con esa insultante pero genial supremacía de Red Bull y lo mal que se adapta Ferrari a los neumáticos y a la mayoría de circuitos. Pongo como ejemplo que Fernando debería estar arrasando, y no lo está. El caso es que ya van varias carreras seguidas en que una circunstancia ajena a él arruina su carrera, como si de por sí solo con los problemas que arrastra tanto Ferrari como el brasileño con las ruedas no fueran suficientes. Ganar una posición en la salida, ir quinto... Nada mal. Todo iba de fábula hasta que Hamilton decidió que el GP estaba siendo aburrido y se comió su rueda trasera al adelantarle sin pensar. Luego todo fue una lucha en vano contra la degradación de neumáticos. Curioso, lo mismo que impidió que Fernando subiera al podio. Pero claro, hay críticas que no interesan.





Nos olvidamos pronto de que Felipe quedó por delante de Fernando en dos ocasiones y que hasta su ritmo en carrera fue mejor. Nos olvidamos que tuvo un buen comienzo de mundial pese a dos abandonos que no fueron directamente su culpa. Nos olvidamos que hemos visto al Felipe de 2008 en más de una ocasión, aunque fuera un segundo, aunque fuera una sombra. Eso ya no interesa. Tampoco interesa que pese a haber acabado 20, los neumáticos y las estupideces de Hamilton, consiguió al menos puntuar, o que mantuvo un buen ritmo con respecto a Fernando durante la carrera. A veces hasta mejor.

Dadle 2012. Dadle un BUEN coche a los dos, un GRAN coche, y si ni aún así Felipe se pone a su altura o al menos se acerca más, entonces bajaré la cabeza, y que le echen, porque si un piloto no te rinde, pues no te rinde. Pero eso de hacerlo YA... permitidme usar por enésima vez esa palabra tan a lo Calimero.



Volviendo al tema Hamilton... No soy quién para juzgar a nadie y menos a un piloto de F1, pero quizá la gente debería pararse un instante a analizar las cosas en frío y llevar la cuenta de las veces en que Hamilton le ha arruinado la carrera a alguien o ha estado a punto de armarla. O la ha armado, directamente. A Felipe, tres veces. En Mónaco, en Silverstone y ahora en Singapur. Hasta en las Qualyfing, preguntadle a Maldonado, que aunque fue culpa de ambos sólo él fue sancionado.



Ni salida, ni parada en boxes, ni maratones, ni nada: lo próximo que suba las pulsaciones de los pilotos al máximo será tener a Hamilton detrás.



Ni una disculpa, nada. Sólo las quejas de siempre porque le sancionan. Ese señor del "siempre yo" que carreras atrás bromeó de forma poco afortunada con su color de piel, llamó a Felipe y a Maldonado "pilotos ridículos" y que seguro se disculpó porque alguien dentro del equipo se lo dijo.

No es malo que un piloto tenga un punto de chulería, tampoco es malo que se haga notar en pista, pero de ahí a adelantar sin pensar en las consecuencias va un trecho muy largo. Arruinarle la carrera a alguien por no saber esperar el momento adecuado no es deportivo ni justo.

¿O acaso justifica algo lo que intentó en la Q3, cuando ni siquiera iban en vuelta lanzada? Button encabezaba un trenecito donde Hamilton le metió el morro del McLaren al Ferrari de Felipe de una forma muy poco afortunada. Felipe se desgañita diciendo que tienen que hacer algo. Ojalá no tengamos que lamentar un "por qué no le escuchó la FIA antes". No me invento nada, a los datos me remito: y eso sin contar las que le han perdonado, este año y otros años...

Sí, vale, Button se está ganando el pan en McLaren, y posiblemente eso esté "picando" a Hamilton. Es normal. Pero Webber y Felipe también están presionados, presionadísimos, y no hacen esas cosas carrera sí, carrera también. ¿De qué se queja Hamilton de todas formas, si sabe que su equipo se vuelca en él y siempre consigue un gran resultado, si por muchos drive throughs y sanciones siempre puntúa? ¿Es que no le basta ver que arriesgar tanto no merece la pena, si siendo el pilotazo que es basta para triunfar?

Yo no creo que sea espectáculo: para mí es agresividad pura, y en la F1 eso sobra, porque como dice Felipe, puede pasar algo un día. Agresividad... Cosa que por cierto gusta a muchos. Y es que todo depende de lo que vaya uno buscando en la F1. Los hay que nos gusta emocionante pero limpia, los hay que buscan pilotos agresivos a lo Fernando, que calculan y esperan el momento oportuno, y otros agresivos a lo Hamilton o Schumacher, que adelantan a toda costa sin esperar y luego encima se justifican; que me perdone el alemán que últimamente no está siendo muy gamberro... bueno, al menos él arruinó solamente su carrera cuando voló por encima de Sergio Pérez...

Gente para todo. Los hay quien le echan la culpa a Felipe por cerrarse y por luego ir de sobrado a darle un empujón violento... digo, un comentario sarcástico con toque en el brazo. En fin, en esta vida no se puede contentar a todo el mundo, y el que lo consiga corre el riesgo de no tener con qué rebatirse a sí mismo. O de no tener con qué comparar y estar todavía más seguro de lo que opina.

Perdonadme, es que echo de menos las carreras. Las CARRERAS, a secas.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Una espina





Felipe, entiendo cómo debes sentirte, es como una espina que sigue ahí clavada. Pero con darle vueltas a lo acontecido en el GP de Singapur de 2008, lo que ocurrió o dejó de ocurrir, no conseguirás nada. No fue tu culpa. Fuiste una víctima más de una complicada serie de circunstancias. Y ya no hay solución, ni vuelta atrás.

No te pido que lo olvides para callar a los que siempre alzarán su voz contra ti, porque esos lo harán siempre, digas lo que digas, hagas lo que hagas.

Lo digo por ti. Hazlo por ti.

Mira adelante y deja el pasado atrás. Aprende de él, pero no dejes que te domine. Usa esa rabia por lo no conseguido, úsala en pista para dar lo mejor de ti mismo. Te sorprenderías de lo que eres capaz de conseguir.

Olvídalo todo y sigue adelante.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Hoy me voy de vacaciones, así que no habrá crónica.

Pero fue una señora carreraza con grandes momentos.

Muchos besos a todos, nos leemos a la vuelta.