Finalmente, hace dos días Felipe Massa fue operado de nuevo, esta vez una cirugía reparatoria de nada menos que cuatro horas. Hoy además leo en GPUpdate.net que se escapó de perder la visión en el ojo izquierdo por un escaso milímetro. Un milimetro... Una distancia ínfima que afortunadamente dio un giro positivo a algo que todavía está por ver cómo acaba, si tendrá un final feliz o uno agridulce, porque por suerte el amargo ya parece una pesadilla lejana. ¿De verdad ha pasado todo eso? A veces todavía me cuesta creerlo.
En un foro en el que escribo (¡hola, gente!), algunos de los seguidores opinan que no es muy probable que vuelva, que puede que las secuelas sean un poquito peor de lo que parecen; es cierto que lo que exige un coche de F1 requiere estar al 100%, y a veces ni un 99% es suficiente. Si Shumacher no pudo volver a la F1 por problemas cervicales (que sin embargo le dejan llevar una vida totalmente normal como si no los tuviera, pero como digo, la F1 es otro mundo...), ¿qué pasa con un piloto que estuvo a punto de tener lesiones cerebrales o perder la vista de un ojo? Y sin embargo luego me viene a la cabeza Hakkinen en 1995, a punto de perder la vida a pie de pista, un año fuera de las carreras y hala, a volver a correr... y ganar un mundial.
Yo, personalmente, quiero creer que Felipe va a volver. Aun con riesgo a ponerme dramático-ñoña, ahora mismo estoy mirando una foto suya que tengo en el escritorio en donde estoy escribiendo esto. Es una imagen del último GP de Brasil, en donde está abrazando a Fernando. Y me he puesto a pensar que ojalá no sea esa la última vez que abraza a un compañero después de una carrera y con el mono puesto, no con su ropa de diario y como mero espectador.
Puede que aún le quede mucho por aprender, pero ganas no le faltan. Eso, sin duda. Cuando hablamos de Felipe hablamos de alguien que el año pasado respondía a cada crítica con una victoria. A alguien así le sobra fuerza de voluntad. Alguien que apenas tres días después del accidente y de una delicada operación lo primero que piensa es que podía haber ganado esa carrera si no hubiera ocurrido nada. Alguien que apenas un mes y unas semanas después ya está deseando volver y haciendo planes. Es alguien que vio cómo el mundial se le escapaba de entre los dedos en apenas unos segundos, que seguramente, muy probablemente lo hubiera ganado si no hubiera roto motor en Hungría o arrastrado una manguera en Singapur; errores que se escapaban a su control, errores que no fueron por su culpa.
Y esta semana, en medio de su descanso, con unas enormes ganas de recuperarse y volver, Massa felicita a Fisichella por ser el elegido para ocupar su coche (y el italiano insiste: "no me lo voy a quedar"), mientras Raffaela, su mujer, le pide que reconsidere si realmente desea volver, si no es momento de decir "lo dejo"... Pero a la mayoría de los pilotos, quitarles las carreras es quitarles una parte de sí mismos que se puede considerar vital. Claro que la salud es lo primero. Ains, qué dilema. Bueno, lo importante ahora es descansar, recuperarse, sin prisas. Y disfrutar del pequeño Felipinho que está en camino, que eso si que es una aventura emocionante.
Mi "Forza, Massa" seguirá ahí, en el sidebar, en la firma del foro de F1 que visito, hasta que le vea subirse a un Ferrari como si nunca nada hubiera pasado, hasta que los únicos indicios de que todo ocurrió sean una cicatriz en su frente y un susto en el recuerdo de los aficionados de todo el mundo.
No es imposible, hablamos de Massa.
Es como los toreros. Cuando lo dejan es como si dejaran de ser ellos. Y esto me ha recordado a uno de los primeros pilotos mas bien famosos. no recuerdo el nombre, pero se que estuvo a menos d eun pelo de quemarse vivito. de hecho, sufrio unas quemaduras que riete tu del Incendio de Santander. Y volvió a correr.
ResponderEliminarpero claro, el cerebro es asunto serio :(
Niki Lauda, cari :)
ResponderEliminarEl problema, como ya dije en otro post, es que tras un golpetazo como este se suele imponer el miedo. Lauda siguió corriendo, pero ya no era ni la mitad de lo que fue. Kubica tras el trompazo no ha levantado cabeza (aunque me da que tiene más que ver el coche). En motos, Checa no hacía más que caerse, y Pedrosa no arriesga nada tras romperse los tobillos. No creo que Ferrari quiera en sus filas un piloto que puede que no vaya a rendir como antes, por desgracia.
ResponderEliminarDebe ser el coche, Loba, porque mira que no estuvo peleando por el m undial en 2008 hasta que BMW decidio parar la evolucion...
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