domingo, 13 de febrero de 2011

Héroes




Hace una semana, si me llegan a decir que Kubica iba a estar tan bien hoy... probablemente me lo hubiera creído.

En el momento en que ocurrió todo, el miedo no te lo quitaba nadie. Pero, como para quitarle hierro al asunto, siempre decíamos "es un piloto de F1"... Por supuesto, el miedo seguía ahí, porque pese a la típica broma de que parecen estar hechos de otra pasta, siguen siendo personas, y el cuerpo es el cuerpo.

Ahora, una semana después del terrible accidente de Kubica, me estoy preguntando (permitidme la licencia poética): ¿realmente son personas?



Ya Felipe en 2009 estuvo en ese tris. Cuando ya su vida no corría peligro, todos nos llegamos a imaginar que se retiraría (aunque algunos nos negáramos a asumirlo) porque era incapaz de coger un coche. Y qué decir de Mika Hakkinen. Estuvo un año fuera de las carreras, casi deshauciado... y cuando volvió, ganó un mundial.



Y ahora Kubica.

Seguro que no fui la única: el fin de semana pasado, muchos rememoramos el accidente de Felipe en 2009. Aquel día deseamos no tener que volver a vivir algo así (ya sin tener que ver con si es dentro o fuera de la F1). Y es que hay muchos paralelismos. Ya no sólo por la casi calcada reacción de los medios (se dijeron muchas burradas y salieron rumores catastróficos convertidos en noticia; se empezó a elucubrar con sustitutos cuando el piloto ni siquiera había recuperado el conocimiento, demostrando una falta de tacto digna de un robot oxidado) y sin meterme a analizar gravedad, etc. (son accidentes completamente diferentes en ese sentido) sino por cómo se resolvió todo: ocurre el accidente, se cuelan fotógrafos donde no deberían para vender fotos escabrosas. Los medios más afines a buitres carroñeros ya se ponen a hablar de sustitutos. Los médicos recomiendan precaución. Todos tememos que nada volverá a ser como antes para el piloto. El piloto se recupera en tiempo record y esos supuestos daños irreversibles no eran tales...

Volver a vivir toda esa incertidumbre, pasar ese mal rato de nuevo.

Nadie daba un duro por ellos... Hakkinen estuvo en coma, de Felipe se dijo que no volvería a ver por el ojo izquierdo, y de Kubica, ya sabemos todos, se dijo que nunca volvería a conducir porque su mano había quedado destrozada. Pero Hakkinen volvió, Felipe volvió, y Kubica seguro que va a volver. Porque con la misma mano que en un principio corría peligro de amputación ya estaba moviendo los dedos esa misma noche, tras una operación de muchas horas, milimétrica, un milagro de la medicina. Y los médicos, admirados. Según algunas fuentes llegó al hospital en un estado deplorable que hacía pensar lo irreversible. A los cuatro días ya estaba concediendo entrevistas.

Son héroes. Son héroes no por dedicarse a un deporte peligroso, sino por estar pendientes de un hilo y salir adelante de la forma en que lo hacen. Cualquier otra persona después de un trago así diría "lo dejo"... pero ellos regresan más fuertes que nunca. Son héroes, héroes que dejan asombrados a los mismísimos médicos.



Esa misma semana, vi por televisión el caso de un piloto español, paralizado de cintura para abajo por un accidente de esquí, que ha quedado subcampeón en una de las tantas categorías de rallies. Esa condición de por vida no le impidió cumplir su sueño. Y tantos otros casos similares que existen. Por un tanto que se rinde, hay otro tanto que sale adelante.

Esa gente, esos héroes, hacen que, pese a mis tendencias un tanto "antisociales", admire profundamente al ser humano. Pero sobre todo, me hacen sentir estúpida. Estúpida por pensar que hay cosas que nunca podré superar y quejarme por tonterías, por hacer un mundo de una cosa ínfima.

Mika, Felipe, y ahora Robert...

Dan ganas de aprender de ellos.

Cada día los admiro más.


(y una vez más os remito a este maravilloso artículo de Javier Rubio)

7 comentarios:

  1. Hombre, ya lo he dicho por otros sitios, pero creo que hay un muy importante componente de tozudez. Y ser tozudo es importante para superar cosas así. Eso es lo primero. Asi que ya sabes ;)

    Y de estúpida nada,mujer,todo el mudo hapasado por momentos así.

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  2. Estoy de acuerdo contigo: la valentía de esta gente no es sólo enfrentarse a la velocidad de un F1, sino en como se toman la vida: por eso arrastran detrás de sí una marea de admiración.

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  3. Esta claro que no son personas "normales", tienen una fuerza de voluntad increíble que hace que se recuperen de una manera que parece que no es humana. En el momento del accidente dudé de que Kubica fuera a volver a correr algún día en F1, ahora estoy convencida de que volverá y, si tiene un buen coche y una pizca de suerte, será Campeón del Mundo.

    También vi lo que comentas del piloto de rallies, me impactó muchísimo porque me parece tan, tan difícil ser una persona así de positiva, a pesar de su terrible suerte... Está claro que tenemos mucho que aprender de esta gente.

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  4. Pues yo creo que son personas igualitas que las demás, y nosotros, si estuviésemos en su pellejo, probablemente haríamos otro tanto.

    Imagina a Kubica metido en tu piel o en la mía ¿qué sería? Otro más que miraría las carreras de F1 por la tele y se admiraría de las cosas que hacen en la pista, concibiendo como inalcanzables los logros de los pilotos.

    saludos

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  5. Totalmente de acuerdo en eso ultimo! ;)

    En lo otro, supongo que su profesion les hace fuertes, o si no no aguantarian nada

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  6. A eso voy, uno, desde pequeñito se encauza o le encauzan a determinadas cosas, que muchas veces vienen determinadas por el dinero de los padres en la cuenta corriente. A los pilotos les han llevado las circunstancias y se ponen a 320 km/h en un coche... ¡increíble!

    Pero... ¿y si a esos pilotos les pones en el pellejo de la mayoría de la gente, ganando 1000 euros y teniendo que sacar adelante a 3 chiquillos sí o sí?

    Creo que en los actos cotidianos de nosotros, las personas anónimas, hay un grado importante de heroicidad, que no valoramos porque es demasiado reiterada ;)

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Todos los comentarios son bienvenidos, pero el respeto y la educación son muy bonitos (y el culo de Trulli también)