miércoles, 22 de marzo de 2017

Elige un bando, Sam


Escrito en rojo, como en los viejos tiempos.

Ayer, en una serie de programas sobre los 20 pilotos de este año, vi que por fin daban el monográfico sobre Felipe que llevo deseando ver desde que contraté el canal F1. Como no poseo "derechos de visionado" (básicamente, familia acapara tele 😆) sobre el televisor donde tenemos contratado el canal que lo emitía, lo puse a grabar (TIVO, qué invento) y me lo vi hoy.

En un programa así, era lógico e inevitable que se nombrara ese GP de Alemania. Sí, todos sabemos cuál. Estos días de decidir recuperar el blog, me dio por leer posts viejos, viejísimos, y sentí una mezcla imposible de definir entre vergüenza y orgullo. No es que me de vergüenza haberle defendido, es más bien timidez, como que hoy día no soy tan "directa" ni pasional, es decir, ahora lo llevo de forma más madura. Y yo me siento ridícula rápido. Pero vamos al por qué de este post.

Debo decir que me sorprendió el tratamiento que recibió Felipe en esa parte del monográfico. Quizá porque estaba dedicado a él, pero da igual, lo importante fue que, por una vez, fueron justos con él. Han tenido que pasar casi siete años, pero por fin lo han sido, joder.

Ojo. En ningún momento culparon a nadie. De hecho, fue la primera vez que un medio español decía que Felipe tuvo dignidad, y la primera vez que un medio español (que yo haya visto) comprendía, COMPRENDÍA, la razón tan delicada por la que era doblemente injusto esa nefasta orden (y dicha razón era, como todos sabemos, que justo un año después de su accidente liderase una carrera con clara opción a victoria).

Esas declaraciones, y la imagen de Botín. Dios, la imagen de Botin., Cómo me abrió los ojos. Botín con sus auriculares rojos, mirando. Como si su sola presencia le dijera a Ferrari lo que tenía que hacer.

Y todo volvió a mi cabeza. Lo Las palabras crueles, los insultos, las risas, las portadas de prensa difamatorias. No exagero. Estaré encantada de recopilar al que pregunte.

A estas alturas, y sabiendo la de ríos de tinta (bueno, de código binario) que han corrido a lo largo de los ocho años de vida de este blog, y la de malentendidos y desclacificaciones por otros lares, me da igual lo que opinen. El que me conoce sabe cuál es mi opinión. Saben que en su día me pareció injusto, y saben que al final pude llegar a comprender ambos bandos y formarme una opinión más neutral.

Pero... Botín. Pero... las palabras de la presentadora. Pero... 25 de julio... dignidad.


He tardado siete años, pero por fin me he decidido completamente.

Como dijo el protagonista de una serie que adoro, "Por una jodida vez, elige un bando, Sam."

Ya he elegido.




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