Euforia (Especial cumpleaños, I)

Aquel día de agosto hacía un calor asfixiante. La temperatura rondaba los 35º y sobrepasaba los 50º en pista.

Felipe Massa, con los ojos brillantes, no podía ocultar su satisfación cada vez que alguien le entrevistaba. Había conseguido la pole el día anterior. Para alguien que no llevaba un año siendo titular era un gran logro, pero sobre todo para alguien que era compañero de un heptacampeón, Michael Schumacher.

Ahora, a punto de lanzarse la carrera, por primera vez en su corta pero intensa vida en Ferrari, no veía ningún coche delante suyo. La ardiente pista, temblorosa ante sus ojos por el calor, era toda suya.

Esperaba. Nada importaba a su alrededor. Esperaba con los ojos fijos en la pista. Fijos en la victoria. Sólo oía el rugido del motor, calentando aún más el cockpit, y su propio pulso, enloquecido, atronando en sus oídos. Y muy probablemente también escuchaba una voz familiar que le pide calma, ya años antes de que "acuñara" la famosa frase.

Felipe, baby, stay cool...

Y el semáforo se apagó.

No importaba que muchos comentaristas y aficionados alrededor del mundo escupieran y se desgañitaran pidiendo que dejase pasar a Michael Schumacher porque este se jugaba el campeonato, mientras otro tanto se alegraba por la misma razón porque así sería para Fernando Alonso. Solo importaba que un joven piloto estaba apunto de conseguir su primera victoria.

Cuántas cosas debieron pasar por su cabeza al ver la bandera a cuadros. Felipe estalló al bajar del coche, vociferando algo incomprensible, seguramente en el dulce portugués de Brasil que es su lengua materna. Rob Smedley, su ingeniero de pista y mano derecha en su camino hacia la victoria, corrió hacia él sin poder ocultar su alegría. Felipe se lanzó, literalmente, a sus brazos. Su abrazo lo decía todo; literalmente, estaban que se tiraban de los pelos. No hace ni dos meses que trabajan juntos, y ahí está la culminación de todos sus esfuerzos. Un equipo perfecto.

Era pura euforia.





Felipe, con sus gestos, mientras se dirigía a la pesa, parecía dejar algo claro. "Soy yo, ese don nadie que vivía a la sombra de Schumacher, y estoy aquí. Y esta no será la última"



Ya en el podio, Felipe resoplaba, inquieto, seguramente lo único que le gustaría es saltar como un loco. Se emocionó escuchando su himno, sonrió a su padre y su hermana que le miraban orgullosos entre decenas de ingenieros de Ferrari. Rob se quitaba el picante champán de los ojos mientras Schumacher, ocultando su frustración ante un mundial que se le escapa de las manos, felicitaba a su joven aprendiz. Fernando parecía contento por su futuro compañero, pero está en otro mundo: sabe que este mundial es suyo, pero eso es otra historia.

(juro que en un momento dado parece que diga: ¡BAZINGA!)

Luego, en la rueda de prensa, todavía empapado en champán y sudor, Felipe no podía ocultar su emoción cuando le preguntan qué le pasó por la cabeza al ganar el GP.

Seguramente recordaba sus años en las categorías inferiores europeas, esas noches solitarias que se hacían eternas, durmiendo en el garaje de su equipo, dependiendo de los resultados para poder seguir corriendo. Recordó esas llamadas a casa, a miles de kilómetros, diciendo que todo iba bien, pero conteniéndose para no decir lo solo que se sentía tan lejos de los suyos...

Seguramente también recordaba esos años con Sauber, los errores pero también los sueños, hasta que Ferrari le llamó como probador y le arrebató un récord al mismísimo Schumacher con un muleto "robado". Recordaría la bronca recibida, aunque leía entre líneas que por fin iban a tomarle más en serio.

Y allí estaba. Su primera victoria. Sin poder contener las lágrimas, la voz se le va cuando intenta contestar la pregunta del periodista:

"Un sueño hecho realidad"

Fue un momento precioso, y por cosas como esta lamento que la F1 no se topara antes en mi camino.




Por cierto, este GP nos dejó una revelación:

¡Felipe patentó el "FrigoDedo" antes incluso de que Vettel
empezara a correr en la F1!

Imágenes:
Motorsport.com

Nota: el audio, de la ITV, no es ninguna preferencia especial (muy al contrario), es sólo que la mejor calidad de imagen era la de dicha retransmisión...