"Lo siento, ha conseguido pasar"
Fue muy duro para todos: no solo hablamos de un piloto que perdió un mundial, sino de una persona que vio hecho trizas su sueño, y su familia lo compartía con él. Por eso su padre puso el grito en el cielo. Todos los dedos señalaban al piloto de Toyota. Timo Glock, el gran odiado ese año por muchos Tifosi.
No solo el bueno de Luiz Antonio Massa, que ante todo es padre, culpaba a Glock del drama: la afición estaba enfurecida. La afición hacía gala de ese comportamiento que tan poco nos gusta recordar en cualquier deporte (o fenómeno, si quieren) que se precie. Así es la sangre brasileña, despues de todo: pasional, para lo bueno y, por desgracia, para lo malo.
¿Y qué pasó con el propio Felipe? Todos sabemos que podía haber desaparecido en su garaje, muerto en vida por la humillación. Pero aguantó el tipo, haciendo gala de una gran deportividad, por su afición.
Y no solo eso.
Existe la opinión generalizada de que Felipe mandó a su hermano Eduardo al box de Toyota y les llevó ropa de Ferrari para que pudieran salir del circuito sin temor a ser agredidos. Así como suena. Que sea verdad o no, eso es algo que sólo sabrán los implicados; todos sabemos lo fácil que se crean las leyendas en este deporte.
Se dice que un buen piloto es caballeroso tanto en la victoria como en la derrota. Por eso, aunque no esté escrito en la lista oficial ni lo haya sido literalmente, para mí también es un merecido campeón de ese año.
(gracias a Nuska por el chivatazo, pues aunque sabía lo de los disfraces, no sabía que había sido el propio Felipe ;))
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Euforia
Pues si es cierto lo de que se le ocurrio a él... Caramba, no sesi viene a cuento, pero me recuerda una escena de El Corsario Negro en Maracaibo.
ResponderEliminarQuiero decir, que se puso en su lugar, caramba. Alucinado me ha dejado.
Estimada Noe,
ResponderEliminarQue triste que seamos tan cazurros de pensar tan solo en agredir a alguien por hacer su trabajo ¡Qué pena de especie!
Saludos y felices fiestas
Sin comentarios... aún no pensando ya lo que pensaba, fue una pena.
ResponderEliminar¡Saludos! :)
Una de las escenas más tristes que recuerdo fue el paso de la euforia a la decepción del padre de felipe en aquél GP; de ser cierto, no sólo sería un buen detalle, sino el hecho de en ese momento pensar en "el otro" le glorifica aún más que haber ganado el campeonato.
ResponderEliminarBonito relato,
Una hermosa historia. Si he sido yo la que te ha dado la idea me alegra haber contribuido a propagarla y también me alegra que un piloto de la Ferrari sepa ganar y perder. No sé si es verdad o es leyenda, pero si es leyenda, como la del origen de las "flechas de plata" es de las que vale la pena difundir.
ResponderEliminarConfieso que unos pocos días después de Brasil (el duelo lleva su tiempo) yo buscaba declaraciones para ver si Felipe había culpado a Glock de irregularidades o "dejarse ganar" (había cachondeo con el nombre, Timo) y asombradísima lo que encontré fue esta gran muestra de humanidad.
Nuska
No lo culpó, de hecho, ni a Ferrari lo culpó cuando le estropearon Singapur con la manguera. Ni los incontables pit stops que salieron mal. Es lo que llamaríamos buena persona, aunque con los suyos sea un poco bicho ;)
ResponderEliminarPor eso no sé qué argumentos tienen los que dicen que es un niñato cabreado. Solo un calentón en Nurburgring y ha quedado marcado de por vida como un enano gruñón. Así es este país.
Recuerdo que aquel día no solo algunos fans de Felipe se enfadaron con Glock, también muchos alonsistas que (cosas de la vida) querían que ganara Felipe por no ver ganar a Hamilton. Recuerdo perfectamente la cantidad de personas que ese día me preguntaron cuanto le habría pagado Lewis a Glock por dejarse pasar.
ResponderEliminarEl fanatismo es algo tan feo...
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