Querido Felipe:
soy yo otra vez. El año pasado te escribí una carta públicamente, pero creo que se me fue un poco de las manos: quedó inmensa. Creo que hoy seré más breve, o al menos, lo intentaré.
Tengo que ser sincera contigo: ¡ser fan tuya a veces no es nada fácil! Los resultados que no llegan se reflejan en tu expresión, y por eso algunas veces nos duele tanto como ti. Dices que no te afectan las críticas, pero después de todo eres humano, y querer y no poder tiene que ser muy frustrante...
Pero la intención de estas lineas, Felipe, es otra. Hoy es 25 de julio. Hoy hace dos años que volviste a nacer, tras haber dormido dos días.
Pero antes, déjame extenderme un poco en una cosa: os queremos. Aunque a algunos os "tratemos mejor" que a otros, aunque un mismo piloto despierte sentimientos casi bipolares en varios aficionados, os queremos. Si no os quisiéramos no vibraríamos con las victorias de ese a quien apoyamos, ni se nos aceleraría el corazón en las salidas o adelantamientos, casi al unísono con los de esos a quienes tanto queremos.
Como bien dijo una muy buena amiga mía en su blog una vez, parece que seais como de la familia, esos parientes que visitamos domingo sí y domingo no; os conocemos por vuestros nombres de pila, os hablamos de tú, con familiaridad, nos sabemos muchos detalles de vuestra vida fuera de los circuitos... hasta juzgamos cómo sois, mal hecho, por cierto, sin conoceros realmente... como a ese compañero de trabajo que vemos todos los días con el que nunca hemos hablado, pero hemos visto cómo trata a la gente; y sin embargo, nos parece que os conocemos. No podemos evitar quereros.
Siento si sueno ingenua al decir todo esto, pero estoy segura de que más de uno comparte este sentimiento, en mayor o menor medida, con más o menos cercanía, por supuesto. Pero locomparte. Porque si no lo compartiera aunque fuera un poquito, no estaría leyendo esto, ni entrando a Internet casi a diario en busca de noticias.
Nos importais, después de todo. Siempre queremos que os salga todo bien, cada uno su favorito. Y os queremos. Aunque este sea un amor un tanto peligroso y el riesgo sea una constante que nos puede hacer sentir inquietud.
Como bien dijo una muy buena amiga mía en su blog una vez, parece que seais como de la familia, esos parientes que visitamos domingo sí y domingo no; os conocemos por vuestros nombres de pila, os hablamos de tú, con familiaridad, nos sabemos muchos detalles de vuestra vida fuera de los circuitos... hasta juzgamos cómo sois, mal hecho, por cierto, sin conoceros realmente... como a ese compañero de trabajo que vemos todos los días con el que nunca hemos hablado, pero hemos visto cómo trata a la gente; y sin embargo, nos parece que os conocemos. No podemos evitar quereros.
Siento si sueno ingenua al decir todo esto, pero estoy segura de que más de uno comparte este sentimiento, en mayor o menor medida, con más o menos cercanía, por supuesto. Pero locomparte. Porque si no lo compartiera aunque fuera un poquito, no estaría leyendo esto, ni entrando a Internet casi a diario en busca de noticias.
Nos importais, después de todo. Siempre queremos que os salga todo bien, cada uno su favorito. Y os queremos. Aunque este sea un amor un tanto peligroso y el riesgo sea una constante que nos puede hacer sentir inquietud.
Eso fue lo que ocurrió el 25 de julio contigo, Felipe, aunque tú le quitas mucha importancia, y bien haces, es tu defensa: si pensaras que puedes morir, no estarías corriendo. Eso mismo dijiste una vez en una entrevista, ¿te acuerdas?
Tenías que haber visto la cara de Rob, tu Rob, cuando no le contestabas. Ya se dice que las cosas nunca son tan malas como aparentan; dijeron que estabas bien, tan sólo dolorido y conmocionado. Habías hablado con tu hermano.
Ese dicho de que las cosas nunca sin tan malas como parecen, esta vez no sirvió, sino al contrario, pues las noticias que nos llegaron horas más tarde dieron un tremendo revés a todo. Los médicos tuvieron que operarte, dijeron que tu estado era muy delicado, que podría haber daños graves pero que no se sabría hasta que te despertaran. Dos días después. Decidieron que era lo mejor para ti.
Recuerdo que esa noche estaba doblando la ropa cuando interrumpieron un partido de fútbol para decirlo. Todavía recuerdo la sensación. No quiero volver a sentirla nunca más.
¿Qué decir? Me asusté, todos en casa nos asustamos. No me podía creer que fuera a ver morir a un piloto, no quería creerlo. Algo que temía desde la primera vez que me di cuenta de lo mucho que me gustaban las carreras.
Recuerdo que esa noche estaba doblando la ropa cuando interrumpieron un partido de fútbol para decirlo. Todavía recuerdo la sensación. No quiero volver a sentirla nunca más.
¿Qué decir? Me asusté, todos en casa nos asustamos. No me podía creer que fuera a ver morir a un piloto, no quería creerlo. Algo que temía desde la primera vez que me di cuenta de lo mucho que me gustaban las carreras.
Esa primera noche me prometí que, si salías adelante, si realmente ibas a ser compañero de Fernando, no iba a preocuparme nunca más, aunque la gente la liase parda, aunque la gente hablase más de la cuenta... porque ibas a estar corriendo. Mucho me temo que he faltado a esa promesa demasiadas veces, Felipe, y por eso debo pedirte perdón, ¡qué poco aguante tengo! No es fácil aguantar una desilusión tras otra, pero imagino que para ti debe ser muchísimo peor...
Al día siguiente, en el circuito, resultaba desolador ver tu garaje vacío. Recuerdo que, aunque Fernando había hecho la pole (¡aunque luego no tendría tanta suerte por culpa de una tuerca!), yo no podía sino pensar en ti, en la cama de un hospital. Esperando.
De repente, la carrera no importaba.
Los pilotos estáis hechos de otra pasta. Ese es otro motivo por el que os queremos tanto. Parece que los accidentes os dan alas... Pero las cosas no te salieron como esperabas. Al menos, no iba a ser tan fácil. No te iba a bastar con las ganas... La lucha más difícil la ibas a emprender contra ti mismo.
Recuerdo que leí en una publicación especializada que Sid Watkins te dio dos años para recuperarte. Puede ser casualidad, pero parece que se está cumpliendo. Después de todo, cualquiera no es neurólogo, o lleva la mitad de su vida volcado en la salud de los pilotos, como él... Así que creo que sí, que sabe lo que dice...
Muy poca gente parece darse cuenta del valor que tiene que estés ahí. Aunque no ganes, y aunque a veces parezcas perdido. Pero estás ahí. Saliste adelante, sigues intentándolo. Por eso, por esos dos días, por estos dos años, lo que hiciste hoy, pese a que al final un error ajeno a ti te quitó un puesto, ha sido tan importante. Y espero que vuelvas a hacerlo.
Bueno, yo te dejo ya. Espero que en la siguiente carrera luches como en la de ayer. Precisamente, es en Hungaroring. Ese circuito te debe algo bueno, Felipe. Quizá una victoria depende de muchos factores, pero subir al podio, u otras doce vueltas luchando como un jabato, conteniendo a un campeón del mundo...
Dos años después.
No lo hagas por nosotros: hazlo por ti.
Siempre a tu lado,
una fan.
SU-PRE-MO artículo Noe ;)
ResponderEliminarNossa Noe, que lindo! *-*
ResponderEliminarGostaria que ele lesse essas coisas, sabe, ele tinha que saber de tudo isso. Realmente, ele está aqui e isso é o mais importante de tudo :)
Ole, ole, ole.
ResponderEliminarNoe bellísimo.. tus sentimientos por Massa son grandísimos, que increíble fuera si Massa pudiera leer esta carta.. y pues lo que dices de los pilotos es cierto, hablamos de ellos como si los conocieramos de toda la vida, o vivieran con nosotros.. y la gente nos mira como si fueramos locos jaja.. pero no importa.. :)
ResponderEliminarhoy - vale, ya es ayer - me ha pasado una cosa curiosa. Por pura casualidad tenía que leer unas notas para un examen que tengo este viernes (ç_ç espero que el cumpleaños de fernando me dará suerte ç_ç). Y esas notas estan en un cuaderno que compré el 26 de julio 2009. Necesitaba un cuaderno cualquiera, pero apenas ví eso lo compré porque es un cuaderno de ferrari, y en la portada hay una imagen de felipe en su coche. Miré el cuaderno y hice una caricia al casco en la portada diciendo a mi padre "piccolo felipe!" XD que es casi como decir "felipe baby" XD. Así compré ese cuaderno mientras felipe dormía, y exactamente hoy lo he usado otra vez. ¿no parece un poco curioso? :)
ResponderEliminartus palabras son preciosas :)
y estoy feliz de haber encontrado una persona que comprende que es posible amar estas personas, que solo estan con nosotros 19 fines de semanas al año, pero es como si fueran parte de nostra familia :) como dice silf1, generalmente la gente te mira como una loca XD
Porque es la 1 de la madrugada, que si no ya hubiera soltado un aplauso. Ya que no puedo hacer ruido físicamente, te lo escribo: clap clap clap clap (repetír hasta que se crea conveniente XD).
ResponderEliminarGrandísima entrada, que me ha puesto los pelos como escarpias. Ojalá lo pudiera leer Felipe.
Y todo lo que dices es totalmente cierto, todos más en el fondo o más en la superficie queremos a los pilotos, y nos preocupamos por ellos. Sin ir más lejos, los accidentes que hemos tenido recientemente en el GP de Mónaco, especialmente el de Sergio Perez. No le conocemos personalmente, inclusive es su primera temporada, pero todos nos preocupamos cuando chocó con las protecciones de la chicane, incluso algunos saltamos del sillón y nos acercamos a la tele por si se veía algún movimiento en el cockpit, y luego después estábamos atentos a las noticias que aparecían sobre su estado.
Caso parecido es el de Kubica. Ese accidente en el Ronda di Andora pudo costarle la vida, y nos ha mantenido a la espera de su vuelta a esos cacharros locos con 4 ruedas, ya sea en un circuito o en un rally. Sobre éste accidente pudo ser aún peor y más sangriento que incluso el de Massa. Las fotos del Fabia S2000 atravesado por un guardarraíl me helaron la sangre la primera vez que las ví. Y ahí le tenemos, ansioso por volver a correr. Y cuando vuelva todos le apoyaremos y le daremos las gracias por volver, igual que se las dimos a Perez y a Massa.
Con respecto al papelón de Massa en el GP de Alemania, yo creo que debería haber acabado 4º y no 5º. La parada en boxes fué el fallo de una gran carrera, consiguiendo aguantar estoicamente los envites de un campeón del mundo, sin siquiera ponerse nervioso.
Bueno después de éste ladrillaco, gracias por tu blog!
Saludos!
Preciosa entrada; es verdad que les queremos (hasta a los "benditos malvados") y les metemos en nuestras casas y nuestros corazones sin haberles pedido permiso para ello.
ResponderEliminarAlguno se nos hace más entrañable, y ahí está Felipe, haciéndonos desarrollar esa faceta protectora que su aparente fragilidad inspira; pero esa blandura de fuera envuelve la fuerza interior que este fin de semana nos ha hecho disfrutar, manteniendo a raya a un Vettel mucho más veloz y encendido.
Una vez más, renuevo el "laurel de oro" que tan merecido tienes.
:)
Caray, no me esperaba este recibimiento, muchas gracias a todos... :-)
ResponderEliminarChristianWRC: muchas gracias ^^
TokuDeka: y ole :P
Angie: muito obrigada, minha menina :)
SilF1: aw, tu siempre me ves con buenos ojos XD El año pasado por no estar aquí sino de vacaciones no pude dedicarle nada, lo intente con un chibi, pero no funcionó, la gente estaba mas "preocupada" por otra cosa ;)
Valeria: ¡ay, qué bonito!... ¡Y si, menuda casualidad!
Es que menudo cuadro en casa con mis primos, viendo sin ver la carrera el día 26. Echados en el sofá sin fuerzas. Fue... extraño. Ojala nunca más tengamos que sentirnos asi viendo una carrera.
Luis Typhoon: :¿gracias por mi blog? Gracias a vosotros por estar ahi :)
Buf lo de Robert, lo vivi en directo como quien dice, estaba en Twitter y de repente lo soltaron.Fue como con lo de Felipe: "no sera nada"... y empezaron a llegar las malas noticias a cuentagotas. Todo el día pegada al PC y pensando en él. Yo opino igual: fue un maldito milagro. Escalofriante.
Son accidentes diferentes, uno por tocar la cabeza y el otro por graves heridas, sin duda el de Kubica mucho mas aparatoso.
Jose Luis: cuánta razón sobre lo primero ;) y sobre lo segundo, gracias :-)
Esta entrada es preciosa, tienes mucha razón. Es verdad que los aficionados queremos a los pilotos y nos preocupamos por ellos, tememos que les pase algo. Tenemos una especie de conexión con ellos, algo especial que le cuesta comprender al resto de la gente.
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